Narrador: Arpas y el Museo de la Palabra y la Imagen presentan, Tejiendo la Memoria. Narradora: Villa El Rosario. La masacre que no fue. Comenzaba el mes de octubre de 1980, vientos de guerra se aproximaban en El Salvador. El capitán Francisco Mena Sandoval se encontraba en Morazán en un operativo militar de la fuerza armada, cuando recibió la orden de atacar y acabar con la vida de todos los habitantes de Villa El Rosario. El capitán desobedeció esa orden, una decisión para evitar una masacre. La masacre que no fue. Francisco: En este momento hasta cuando lo recuerdo, me da un poquito de escalofrío, es que ese es el momento en el que mi vida cambió para siempre. Yo creo que de ahí no vamos a cambiar en la dirección que tomé de esa decisión. Creo yo que hay muchas interpretaciones, mucha gente de la que ahí no murió y que por las órdenes del ejército debía haber muerto, cuando está viva y saben ahora más de lo que sabían cuando estaban ahí concentradas. Yo creo que mucha gente dice, "El capitán Mena fue tocado por Dios". "A este hombre lo iluminó tal cosa, una cantidad de fuerza". Yo creo que todo eso lo respeto y yo creo que puede ser parte de toda la realidad. Quizás lo más concreto en mi vida, es que esto ya obedecía a un momento de un proceso que había vivido yo en la fuerza armada, en la que había cumplido con toda la formación que me habían dado. Había obedecido órdenes, incluso, quizás recordando una de las más complicadas, el participar en un fraude electoral en 1972, en los cuales yo estaba cumpliendo las órdenes y creyendo que como es militar defendía la democracia. Narrador: En esos operativos, muchas poblaciones fueron destruidas y abandonadas, mientras los habitantes huían sin rumbo. Eran las escapadas en masa, conocidas popularmente como, "Las guindas". Narradora: En ese octubre de sombras, Villa El Rosario era el mejor sitio para que se refugiaran habitantes que habían llegado huyendo, eran miles y miles, hambrientos. Francisco: Al momento de llegar a la villa, yo ya tenía una crisis que era muy grande. Además, ya había sufrido un atentado de la misma fuerza armada, por suerte me pegaron un disparo en el hombro derecho, pero no me lo pegaron bien y quedé vivo. Ya ahí me dio miedo, yo ya había sacado a mi familia del país y la verdad es que yo quería también salirme, porque el golpe de Estado, habíamos cambiado algunas cosas, pero ya la fuerza de la guerrilla era muy grande. Lo más importante es que yo ya estaba pensando, pero claramente sin ninguna duda, de que el enemigo que nosotros estábamos combatiendo, que era la guerrilla, tenía la razón de la lucha. El 2 de octubre iba como un refuerzo al operativo de octubre de Morazán y ahí fue donde entré en una situación muy difícil, pero aquí también otra vez, había que cumplir la orden. Me voy para allá, tuve algunos momentos en el que la gente me quiso detener de que yo condujera a la unidad que tenía. Luego, después de todo, también yo ya tenía una rebeldía en mi vida. Me quisieron dar una orden en la cual, si yo la hubiese cumplido, yo creo que hoy, en este momento yo estaría en otro lado, estaría muerto o sería totalmente otra persona, porque me dan una orden en la que realmente era masacrar a una cantidad de gente. Hoy que hemos escrito, por eso es importante recordar y escribir la memoria histórica con criterio lo más acercado a la verdad, a la realidad. Narrador: Una decisión, ¿la luz o la oscuridad? ¿La muerte o la vida? Fue la vida la que cambió la suerte de Villa El Rosario y la del capitán Mena Sandoval. Ahí conoce a Evelin Romero, joven solidaria, quien con su espíritu valiente daba de comer tortilla con sal a la gente refugiada. Ella sabía del operativo que estaba cerca. Narradora: Un capitán y tropas armadas rodearon el lugar, miedo, silencio, incertidumbre, solo esperaban la muerte, pero ese capitán, con su uniforme militar, comenzó a dar órdenes de traer víveres para los refugiados. Francisco: En la villa me relacioné con una persona a la cual le tengo un cariño muy grande, que es Evelin Romero, que era de las comunidades de base de Morazán. Esta persona, en los días que yo pasé ahí en la villa, fue la persona con quien más cerca estuve, fue la persona que me relacionó con la gente y desde entonces yo creo que tomé esa opción. Lo del Ejército, creo que desde hace mucho tiempo lo venía teniendo claro, que ya no era la institución que yo pensaba. Narrador: Mena Sandoval desertó del Ejército el 10 de enero de 1981, cambió de trinchera y se incorporó a la guerrilla. Su nombre clandestino sería, Manolo. Francisco: Tenía una confianza en mí y es la que me ha importado siempre. Siempre ha reconocido el aspecto de mis actitudes y de la lucha. Eso es lo que me llena de satisfacción, porque ha sido también un proceso de venir de traidor, que me podían fusilar en la fuerza armada y la verdad es que esas eran las órdenes, no de capturarme, sino que si me he encontraban que me ejecutaran, a sentirme arropado y querido por la gente. Narradora: Ese 10 de enero de 1981, la guerra civil salvadoreña comenzó oficialmente y también ese día la voz de Radio Venceremos sale al aire por primera vez. Francisco: Me considero una persona que en este país vivió el privilegio de vivir en un momento histórico muy importante. No me quiero convertir en un ejemplo, porque lo dije anteriormente, yo no culpo a los militares que habíamos hablado y que teníamos cierta complicidad para cuando vino la ofensiva. Habían muchos militares que estaban de acuerdo con nosotros y a la hora de las horas se hicieron para atrás. Tampoco me puedo considerar un héroe. Yo creo que muchas veces los héroes, que hay muchos muertos y también muchos vivos, se hacen en un momento difícil en el que uno por salvar la vida o por salvar los objetivos de la lucha de un pueblo, uno tiene que hacer algo y ahí se convierten en héroes. Hay muchas mujeres, incluso en la villa, que sacaron adelante a los viejitos, a los niños. Sin embargo, casi nadie en la historia las menciona. Esto sí en realidad son los verdaderos héroes y las verdaderas heroínas. Somos de las personas que en la historia somos muy visibles, porque venimos de ser militares, porque nos pasamos a la guerrilla. Narrador: Toda esta experiencia ha sido recopilada en el libro Rompiendo silencios. Desobediencia y lucha en Villa El Rosario, publicado por el Museo de la Palabra y la Imagen. Arpas y el Museo de la Palabra y la Imagen presentaron, Tejiendo la Memoria.